‘Gu beti pozez, beti alai!‘, prosigue la Marcha de San Sebastián, pero este año no nos está resultando fácil vivir este gran día con esa alegría. No estamos pudiendo desfilar con nuestra compañía, ni celebrar el día de San Sebastián como se debe; ni juntarlos como habitualmente con familia y amigos.

Pero, por desgracia, en estos últimos 10 meses nos hemos ido acostumbrando a vivir de forma muy diferente celebraciones como ésta y otras tantas cosas. Tenemos que pensar que el único objetivo de todas estas restricciones es que el año que viene podamos volver a vivir en plenitud ésta y otras tantas fiestas.

No fue lo mismo, pero cumplimos con la convocatoria para tocar a medianoche la Marcha de San Sebastián todos juntos, desde balcones y ventanas. Cada cual con el material que pudo, intentamos hacer el honor que merece al día más especial de la ciudad con el inigualable himno del maestro Sarriegi.

El nerviosismo que vivimos la víspera donostiarras y azpeitiarras, la emoción que se adueña de nuestro cuerpo antes de empezar a tocar, la sonrisa que dibuja en nuestras caras la felicidad plena, las lágrimas que se nos caen al recordar a quienes no están con nosotros… nada ha sido como siempre.

Y es que en Elduaien siempre decimos que es el lugar en el que los idiomas son más que palabras; y no tenemos ninguna duda de que el Día de San Sebastián provoca unos sentimientos que no se pueden describir con palabras, ni de que nos es difícil aceptar este sucedáneo que estamos viviendo.

Las que no han cambiado son las cenas previas a la Marcha y las comidas que se celebran a lo largo del día de hoy, aunque no sean ni en los lugares habituales, ni con la cantidad de gente de siempre; por lo tanto, actuad con responsabilidad y disfrutad tanto como podáis de las mejores 24 horas del año respetando todas las medidas.

Merece la pena hacer el esfuerzo. ¡¡¡Felicidades!!! Y que no decaiga, que en 2022 ¡¡¡equilibraremos la balanza!!!